domingo, 28 de septiembre de 2014

No he muerto. Estoy de vuelta :P

     Ya estoy de vuelta y aunque hace tiempo que no subo ninguna historia he de decir que se debe a que han comenzado las clases y a que he tenido demasiadas ideas por lo cual no era capaz de terminar ninguna jaja
     Bueno, que sepáis que, a partir de ahora, intentaré subir una nueva entrada cada viernes. Espero pueda ser así y que os guste.
     También quería comentaros que he comenzado una historia que iré subiendo en distintos capítulos. Espero poder subirla pronto.
     Veamos, ésta es la historia de hoy. Se trata de un texto que escribí hace un tiempo y que tenía guardado en el olvido. Así que he aprovechado y lo voy a subir; a ver si os gusta. Besitos :3


     Lágrimas brotan de su rostro; un rostro que nunca antes había experimentado esa sensación. La sensación extraña de cascadas saladas recorriendo su pequeña tez blanca; cascadas llenas de gotitas de agua, de tristeza, desolación e historias jamás contadas.
     Apenas tenía siete años pero ya había soportado el desprecio de la gente gente que la rodeaba; de esa que se supone ayudaría a que su vida fuera amena y divertida, de esos que cuando llegaba la profesora le sonreían y hablaban. Sonrisas falsas, de burla, hipócritas.
     Tan pequeña y ya había experimentado el significado de palabras como "hipocresia" o "falsedad" y no precisamente por curiosidad ni por su afición por la lectura. Sabía que las aprendería tarde o temprano pero mantenía la esperanza de que ese momento llegase más bien tarde...
     Todo comenzó en aquel día de principios de Septiembre. Empezaban las clases y por su parte en un colegio nuevo. La verdad, no esperaba hacer amigos nada más llegar pero pasaron días sin que apenas le dirigieran la palabra.
     Sí, al principio le hablaban, les podía la curiosidad, querían saber qué trapos sucios guardaba. "Supongo que yo también lo haría", me decía.
     Fue pasando el tiempo y, de un día para otro, ya tenía a todos en contra. Bueno, no a todos pero sí a quienes controlaban a todos, con eso ya bastaba.
     Sin saber la causa ya no tenía vuelta atrás, no podía remediarlo, por más empeño que pusiera...